Proseguimos
esta semana de manera "cibernética" los
datos tan curiosos, interesantes, aparecidos en el
libro "La Habana, Magia de mi Ciudad", de
mi compañera de estudios universitarios de periodismo
Carmen R. Alfonzo Hernández, editado por la
Pablo de la Torriente, la editorial de nuestra Unión
de Periodistas de Cuba.
"Cuando regresa a Cuba diez años después,
en la década del cuarenta, ya el hotel había
perdido privacidad. Su nueva esposa, Martha Gellhorn,
descubrió entonces la Finca Vigía, en
San Francisco de Paula, que primero alquila y luego
compra el escritor.
Será ese desde entonces su hogar en el país.
Hoy es el Museo Hemingway, que guarda objetos personales,
piezas de caza en sus paredes, libros, fotografías,
y ofrece al que lo visita el ambiente en que vivía
el Papa, como le llamaban sus amigos.
Por
cierto, en pasadas semanas encontré en
mi cuarto-estudio ¡nada menos!, que una hermosa
foto donde están nuestro querido Comandante
en Jefe Fidel Castro Ruz, al lado de Hemingway, la
que aspiro también a donar a la Finca Vigía,
como hice con la voz del Dr. Herrera Sotolongo, el
médico de Ernest.
Cuentan
que el escritor norteamericano medía
cinco pies once pulgadas, pero debido a su corpulencia
casi todos afirmaban que era un hombrón de más
de seis pies. Un halo de leyenda cubre esta figura
que se asienta con su esposa en La Vigía, fondea
su yate Pilar en Cojímar donde traba amistad
con pescadores y otras personas humildes, y se
le ve bebiendo en algunos lugares de La Habana Vieja
o conduciendo su Plymouth por las calles habaneras.
Les
propongo pues continuar acercándonos al
gran escritor norteamericano, gran amigo de nuestra
patria, en próximas semanas. ¡Nos seguiremos
leyendo! |