Prosigo
tomando muy interesantes datos del libro "La
Habana, Magia de mi Ciudad", de mi admirada compañera
de estudios universitarios de periodismo, Carmen.
R. Alfonso, publicado por la Editorial Pablo, de nuestra
querida Unión de Periodistas de Cuba. Esta
vez escribió Carmita:
"Del autor de El Viejo y el mar, Por quién
doblan las campanas, Muerte en la Tarde, En la corriente
del Golfo y tantas otras joyas de la literatura norteamericana,
se encuentran endelebles huellas en La Habana.
Miles de visitantes han podido contemplar aquellos
lugares donde Ernest Hemingway viviera, escribiera
y disfrutara. Vayamos con ellos para conocer mejor
a quien el célebre novelista Gabriel García
Márquez definiera como " un hombre azorado
por la incertidumbre y la brevedad de la vida, que
nunca tuvo más de un invitado a su mesa, y
que logró descifrar como pocos en la historia
humana los misterios prácticos del oficio más
solitario del mundo"
"Yo siempre tuve buena suerte escribiendo en
Cuba, dijo Ernest a Earl WIlson en 1952. Había
llegado por primera vez a la capital cubana en abril
de 1928, y en total vivió por veintidós
años en ella.
Sitios de su preferencia fueron el bar con restaurante
Floridita, en Obispo y Monserrate, La Habana Vieja,
donde promovió el daiquiri (combinación
de ron cubano con polvo de hielo y jugo de limón)
y luego lo dio a conocer en medio mundo. Se cuenta
que la banqueta donde se sentaba el afamado escritor
se conserva intacta en el lugar, y su recuerdo se
hace mayor cuando alguien pide un Papa,s o un "daiquirí
especial", como él solía llamar
a su bebida predilecta".
Y dejamos este tema tan interesante, curioso y "habanero"
hasta que nos volvamos a leer próximamente...ah,
y desde luego que les contaré cómo me
llené de orgullo al donar la voz del doctor
Herrera Sotolongo, médico de Heminway, al Museo
que lleva el nombre del gran escritor y que se encuentra
en el habanero barrio de San Francisco de Paula.