Un ronquido letal
Heidy González Cabrera
Colaboradora de Radio Rebelde
13 de Febrero de 2009, 1:15 p.m.
La Habana, Cuba.- A muy pocas personas les resulta indiferente saber que cuando duermen, roncan. Se lo dijeron sus padres en la niñez, y generalmente, como un comentario jocoso, de mínima importancia. En la adolescencia, molestaban las burlas de las becas, pero al llegar a la adultez, comprenden que no es un impedimento para vivir feliz, y que será su pareja quien deba sobrellevar ese sonido gutural. De ahí no pasa la preocupación.
El desarrollo científico descorre muchos velos que nos hacen identificar como riesgos, lo que para nuestros ancestros era algo natural. Y ese es el caso de los ronquidos, a partir de las consideraciones de la ciencia.
Las investigaciones plantean, que más allá de lo molesto que resulta para los acompañantes, en determinados casos, los ronquidos son signos del síndrome de las apneas-hipopneas obstructivas del sueño, o lo que es igual, una alteración respiratoria que puede tener graves consecuencias para la salud, e incluso, la vida.
Conviene saber que los ronquidos se producen por el relajamiento del velo del paladar que se descuelga y obstruye la cavidad orofaríngea, por donde debe circular el aire hasta nuestros pulmones. En medio de ese proceso, se detiene la respiración con un ronquido más estrepitoso por la necesidad instintiva del organismo de reanudar la respiración. Ese es el síntoma relacionado con la apnea del sueño, así denominada la brusca interrupción, por unos segundos, de la respiración normal, mientras se está dormido.
Riesgos
Diversos estudios asocian la apnea a procesos tan nefastos como las alteraciones del ritmo cardiaco, la hipertensión arterial o la pérdida de la fuerza contráctil del músculo cardiaco. También se vincula a casos de inexplicables muertes súbitas.
No se descarta la presencia de obstrucción de las vías aéreas (apnea obstructiva), alteraciones en la región del cerebro que controla la respiración (apnea central), o en ambos procesos (apnea mixta).
Las investigaciones no se detienen, y se dirigen ahora a la posibilidad de que este padecimiento tenga su origen en una lesión del área cerebral implicada en el control respiratorio, y que se manifiesta, con mayor fuerza, en aquellas personas que tienden a roncar con frecuencia.
Los especialistas consideran la obesidad como un factor coadyuvante, lo que se ha confirmado con la mejoría ante la pérdida de peso. Recomiendan, además, evitar los fármacos hipnóticos o sedantes, porque de inhibirse la reacción natural de la persona, podría morir por asfixia.
También se recurre a la cirugía, convencional o por láser, cuando se haya identificado el agrandamiento del velo del paladar como la causa fundamental de los ronquidos.
Lo definitivo es conocer los riesgos que implica esta problemática, y asumir una actitud consecuente con los niños para, desde edades tempranas, frenar esta tendencia que puede llegar a afectar su calidad de vida. |